sábado, 20 de abril de 2013

¿Todos podemos aprender a tocar un instrumento? (Parte 1)

¿Todas las personas podemos aprender a tocar un instrumento? ¿Cuál debería ser el fin de un conservatorio? ¿Para qué debería servir la música? Con estas 2 entradas, voy a intentar contestar a todas estas preguntas, tomando como referencia, la Convención Mundial del método Suzuki en Matsumoto (2013) y una reflexión personal a raíz de un curso con Nico Bay.

La verdadera cuestión que hay que plantearse es, ¿cuál es el fin de la educación en los conservatorios? El fin de la enseñanza en general, y de la enseñanza musical en particular debería ser formar personas: Formar individuos que crezcan felices, desarrollen habilidades y capacidades y que sean capaces de enfrentarse a la vida de una forma óptima. Que vivan, sientan y disfruten de la música, para poder hacer vivir, sentir y disfrutar de la música a la gente que les rodea. Parece que en los conservatorios nos olvidamos de este punto, y a veces se obliga a niños a tocar un montón de papeles con notas que NO tienen ningún sentido ni lógica para él. Algunos quizás comiencen en el conservatorio incentivados por sus padres, o porque tienen algún amigo que sabe tocar un instrumento y él también quiere, otros porque les gusta cantar o tocar ciertos instrumentos... 

¿Cómo debería ser la enseñanza musical en un conservatorio?
¿Debería ser más creativa y lúdica? ¿O creéis que está bien así?

Pero actualmente la enseñanza de Conservatorio parece que va dirigida a crear magníficos "músicos lectores de partituras" preparándolos para ser magníficos concertistas. Pero a la hora de la verdad, de los cientos de alumnos que comienzan a la vez, pocos son los que terminan, y aún menos los que terminan siendo concertistas. Los alumnos van pasando de curso, van aprendiendo a tocar obras cada vez más difíciles... luego llegarán al conservatorio superior, serán capaces de tocar 300 notas por segundo y después algunos, al no conseguir lo que ellos pretendían, no tendrán más salida que dar clase a nuevos alumnos pretendiendo que éstos alcancen los mismos conocimientos que él sin saber muy bien cómo transmitirlos. ¿Pero que pasa con la parte personal? ¿Con la parte de desarrollar a la persona musicalmente hablando? ¿Qué ocurre con utilizar la música como medio para vivir mejor?

Hay una cuestión que a veces debería ser planteada por los docentes tanto en las escuelas como en los conservatorios: ¿Es posible que todos mis alumnos aprendan a hacer una determinada cosa a la misma vez que el resto? Parece que tendemos a homogeneizar demasiado la enseñanza, creyendo que toda una clase va a aprender lo mismo a la misma vez, y que si de 10 alumnos 5 no lo aprenden, la culpa es de esos 5 alumnos por no estudiar. ¿Siempre es la culpa de los alumnos? ¿O quizás a veces la culpa debe recaer en el docente y en el sistema educativo en general? 
Quizás no todos podamos aprender a tocar lo mismo a la misma vez. Al igual que no todos aprendemos a leer un texto a la misma vez pero todos acabamos lográndolo con éxito (algunos con más velocidad o comprensión lectora que otros, pero todos aprendemos) la enseñanza instrumental debería ser similar.

A continuación os pongo un vídeo de la ceremonia inaugural de la Convención Mundial del Método Suzuki en Matsumoto de este año, donde podemos ver a un montón de niños tocando a la vez el violín. Todos los niños están en el "escenario" escuchando o tocando todas las piezas, ya que la escucha es una parte muy importante para poder interpretar posteriormente las obras.Sobre todo me gustaría que observarais a los niños. ¿Qué sentís y percibís cuando los veis tocando o escuchando música? Especialmente interesante en el minuto 2.20 cuando están aplaudiendo y a partir del 3.28 tocando.


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